Género y Violencias. Una mirada desde el Trabajo Social

La violencia de género es un tipo de violencia ejercida contra cualquier persona o grupo de personas sobre la base de su sexo, orientación sexual, identidad y/o expresión de género que impacta de manera negativa en su bienestar social, físico, psicológico o económico. De acuerdo con la ONU, el término se utiliza para distinguir la violencia común de aquella que se dirige a individuos o grupos sobre la base de su género, constituyéndose en una violación de los derechos humanos. Incluye la violencia y discriminación contra mujeres, niñas, niños, jóvenes, ancianas (os) y personas LGBT+. Misma que se presenta en ámbitos diversos: familia, escuela, trabajo, comunidades e instituciones.

Para eliminar la violencia de género, es necesario desestructurar las relaciones desiguales de poder y los estereotipos que sustentan el sexismo, la misoginia y la homo-trans-fobia. De ahí que la teoría feminista se convierte en la vía idónea para explorar, comprender y promover los cambios necesarios para erradicar dicha problemática.

Las teorías feministas se han convertido en aportaciones fundamentales para el Trabajo Social, ya que constata y problematiza las desigualdades sociales entre mujeres y hombres; entiende estas desigualdades como construidas socialmente, y tanto la teoría como el activismo feminista están orientados hacia el cambio social.

La acción feminista ha sacado a la luz las múltiples maneras en que las relaciones sociales patriarcales minan el bienestar de las mujeres en su conjunto, si se piensa en la violencia doméstica, violación, incesto y acoso sexual; así como también, esas mismas relaciones, afectan negativamente el bienestar de niños y hombres. Por ejemplo, se ha puesto de manifiesto que el abuso sexual infantil está muy extendido y es expresión de la dominación masculina. De igual manera, se ha reconocido que los hombres experimentan privación emocional como resultado de la presión de que son objeto para que se acomoden a los estereotipos de masculinidad.

Para profundizar en esas problemáticas, en este libro se presentan doce capítulos, divididos en tres apartados. El primero, se conforma por cinco trabajos cuya temática central son las violencias de género. En el trabajo de Quezada Gómez se plantea el análisis de testimonios de mujeres sobrevivientes al abuso sexual durante su infancia con el propósito de identificar el impacto de este abuso en las interacciones sociofamiliares; a través de un estudio con enfoque cualitativo y método fenomenológico, dilucida una serie de situaciones complejas en torno seis temas centrales: familia, maltrato infantil, violencia sistémica, redes de apoyo, mecanismos de protección, consecuencias personales, así como dificultades para relacionarse con el sexo opuesto.